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Taquicardias de QRS ancho

Las taquicardias de QRS ancho representan un desafío clínico significativo, caracterizándose por la presencia de complejos QRS con una duración mayor de 0,12 segundos en el electrocardiograma (ECG). Este fenómeno puede ser el resultado de dos principales entidades: taquicardias supraventriculares con aberrancia, debido a bloqueos de rama, o taquicardia ventricular, la cual es una arritmia potencialmente más peligrosa y que requiere una atención especializada inmediata.

Taquicardias de QRS ancho

La taquicardia ventricular se define como tres o más latidos consecutivos que se originan en los ventrículos, con una frecuencia mayor a 100 latidos por minuto (lpm). En el ECG, esta condición se manifiesta como una taquicardia de QRS ancho con disociación atrioventricular (AV), generalmente iniciada por una extrasístole ventricular. La disociación AV implica que los atrios y los ventrículos laten de manera independiente, una característica distintiva en el diagnóstico de esta arritmia.

Existen dos formas principales de taquicardia ventricular: sostenida y no sostenida. La forma no sostenida suele ser asintomática y dura menos de 30 segundos, mientras que la taquicardia ventricular sostenida persiste más de 30 segundos o conduce a un colapso circulatorio. La forma sostenida casi siempre se asocia con daño estructural del corazón, lo cual puede tener graves implicaciones para la salud del paciente.

La clasificación de la taquicardia ventricular se basa en la morfología de los complejos QRS. En la taquicardia ventricular monomorfa, los QRS presentan una morfología similar en todos los latidos, indicando un origen sincrónico. Por otro lado, la taquicardia ventricular polimorfa muestra complejos QRS con distintas morfologías de un latido a otro, indicando un origen asincrónico. Una variante más rara es la taquicardia ventricular bidireccional, donde alternan complejos de diferente amplitud y dirección del QRS.

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El tratamiento de la taquicardia ventricular depende del estado hemodinámico del paciente. En casos de descompensación hemodinámica, la cardioversión eléctrica (CVE) es el tratamiento de elección. Si el paciente está hemodinámicamente estable, el tratamiento puede incluir CVE o fármacos antiarrítmicos. En ausencia de cardiopatía estructural, se pueden utilizar bloqueadores beta (BB) o verapamilo. Sin embargo, si hay sospecha o confirmación de daño estructural, se prefiere el uso de amiodarona o lidocaína.

La amiodarona se administra inicialmente con una dosis de 150 mg intravenosa (IV) en 10 minutos, con una dosis máxima de 2,2 g en 24 horas. La lidocaína es una alternativa útil en algunos casos, especialmente cuando la amiodarona no es adecuada. Estas intervenciones buscan estabilizar el ritmo cardíaco del paciente y prevenir complicaciones severas asociadas con la taquicardia ventricular.

En conclusión, el manejo de las taquicardias de QRS ancho, especialmente la taquicardia ventricular, requiere una evaluación cuidadosa y un tratamiento rápido y adecuado. La comprensión de las características electrocardiográficas y las diferencias en la presentación clínica es crucial para guiar el tratamiento efectivo y mejorar los resultados en los pacientes afectados por estas arritmias complejas.

(1) Gupta AK, Thakur RK. Wide QRS complex tachycardias. Med Clin North Am. 2001 Mar;85(2):245-66, ix-x. doi: 10.1016/s0025-7125(05)70315-1. PMID: 11233948.