La salud respiratoria juega un papel crucial en nuestro bienestar general, pero a menudo se pasa por alto hasta que surgen problemas.
Desde el momento en que tomamos nuestro primer aliento hasta cada inhalación y exhalación posterior, nuestro sistema respiratorio trabaja incansablemente para suministrar oxígeno a nuestras células y eliminar el dióxido de carbono del cuerpo.
Sin embargo, factores como la contaminación, los malos hábitos de vida y las enfermedades respiratorias pueden comprometer la función pulmonar con el tiempo. Afortunadamente, existen varias medidas proactivas que podemos tomar para mejorar nuestra salud respiratoria y promover la longevidad.
Respirar mejor: base de la salud respiratoria
La respiración efectiva es constante y controlada. Tu abdomen se expande con las inhalaciones y se contrae con la exhalación, y te sientes relajado y cómodo. Si tu respiración no es así, aquí hay algunos consejos que te ayudarán:
Señales de una respiración efectiva:
- Tu respiración es suave, constante y controlada.
- Te sientes relajado y capaz de obtener suficiente aire sin esfuerzo.
- La respiración es silenciosa o tranquila.
- Tu abdomen se expande con cada inhalación y se contrae con cada exhalación.
- También puedes sentir que tus costillas se expanden hacia el frente, los lados y la espalda con cada inhalación.
Anatomía de una respiración
Tu diafragma es el músculo principal que se utiliza para respirar. Es un músculo en forma de cúpula que se encuentra debajo de tus pulmones, separando la cavidad torácica de la cavidad abdominal.
Tu diafragma se contrae cuando inhalas, permitiendo que tus pulmones se expandan hacia el espacio en tu pecho.
Tus músculos intercostales también ayudan a crear espacio en tu pecho contrayéndose para levantar y ensanchar la caja torácica durante la inhalación.
Los músculos respiratorios se encuentran cerca de los pulmones y ayudan a que se expandan y contraigan. Estos músculos incluyen:
- Músculos abdominales
- Diafragma
- Músculos intercostales
- Músculos del cuello y del área de la clavícula
Tus pulmones y vasos sanguíneos llevan oxígeno a tu cuerpo y eliminan el dióxido de carbono. Las vías respiratorias transportan aire rico en oxígeno a tus pulmones y el dióxido de carbono fuera de ellos. Estas vías respiratorias incluyen:
- Bronquios y sus ramificaciones
- Laringe
- Boca
- Nariz y cavidades nasales
- Tráquea
El uso eficaz del sistema respiratorio asegura que respiramos bien y a nuestra máxima capacidad.
Practica la respiración diafragmática
Hay varios ejercicios y técnicas de respiración diafragmática que puedes realizar en casa. Esto te ayudará a usar tu diafragma correctamente. Es mejor que hagas esta técnica cuando te sientas descansado y relajado. Realizar estos ejercicios de respiración diafragmática con regularidad puede ayudarte a:
- Reducir la cantidad de oxígeno necesario
- Disminuir tu frecuencia respiratoria para respirar más fácilmente
- Fortalecer tu diafragma
- Utilizar menos esfuerzo y energía para respirar
Siempre consulta a tu médico antes de comenzar cualquier ejercicio respiratorio, especialmente si tienes alguna afección médica que afecte tu respiración o si estás tomando algún medicamento.
Puedes practicar la respiración diafragmática en casa por tu cuenta. Al comenzar, intenta dedicar entre 5 y 10 minutos a este ejercicio de tres a cuatro veces al día.
Es posible que te sientas cansado al hacer este ejercicio, ya que requiere más esfuerzo usar el diafragma correctamente. Pero una vez que te acostumbres a la respiración diafragmática, se sentirá más natural y será más fácil de hacer.
Aumenta lentamente el tiempo que dedicas cada día. Puedes colocar un libro sobre tu abdomen para aumentar la dificultad del ejercicio o para ayudarte a concentrarte.
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Ejercicio de respiración diafragmática acostado:
- Acuéstate boca arriba con las rodillas flexionadas y una almohada debajo de la cabeza.
- Coloca una almohada debajo de las rodillas para apoyar las piernas.
- Pon una mano sobre la parte superior del pecho y la otra debajo de la caja torácica para sentir el movimiento del diafragma.
- Inhala lentamente por la nariz, sintiendo que tu estómago se expande para presionar tu mano.
- Mantén la mano en el pecho lo más quieta posible.
- Activa los músculos del estómago y llévalos hacia la columna vertebral al exhalar con los labios fruncidos.
- Nuevamente, mantén la mano en la parte superior del pecho lo más quieta posible.
- Continúa respirando así durante la sesión de ejercicio.
Una vez que aprendas esta técnica de respiración acostado, puedes intentar realizarla sentado en una silla. Esto es un poco más difícil.
Ejercicio de respiración diafragmática en una silla:
- Siéntate en una posición cómoda con las rodillas flexionadas.
- Relaja los hombros, la cabeza y el cuello.
- Pon una mano sobre la parte superior del pecho y la otra debajo de la caja torácica para sentir el movimiento del diafragma.
- Inhala lentamente por la nariz para que tu estómago presione contra tu mano.
- Mantén la mano en el pecho lo más quieta posible.
- Activa los músculos abdominales al exhalar con los labios fruncidos, manteniendo la mano en la parte superior del pecho quieta.
- Continúa respirando así durante la sesión de ejercicio.
Una vez que te sientas cómodo con ambas posiciones, puedes intentar incorporar la respiración diafragmática a tus actividades diarias. Practica esta respiración cuando:
- Haces ejercicio
- Caminas
- Subes escaleras
- Terminas de cargar o levantar objetos
- Te duchas
Existen otros factores que afectan la forma en que respiras y consejos para mejorar la respiración.
Cómo el clima afecta tu respiración
Tu respiración también se ve afectada por la calidad del aire, los cambios bruscos del clima y las condiciones climáticas extremas. Si bien estos cambios pueden ser más notorios si tienes una afección respiratoria, pueden afectar a todas las personas. Es posible que notes que es más fácil respirar en ciertas condiciones climáticas o temperaturas.
El clima cálido y húmedo puede afectar tu respiración. Esto se debe a que se ha demostrado que respirar aire caliente causa inflamación de las vías respiratorias y exacerba las afecciones respiratorias.
El clima cálido y húmedo también afecta a las personas con asma, ya que el aire inhalado provoca la constricción de las vías respiratorias. Además, hay más contaminación del aire durante los meses de verano.
En verano y condiciones de humedad, la Asociación Pulmonar de Canadá recomienda beber mucha agua, permanecer en interiores si puedes estar en un espacio con aire acondicionado y buena calidad del aire, y mantenerse informado.
Esto significa conocer tus señales de advertencia si tienes una afección como asma o EPOC y consultar índices de calidad del aire como AirNow.
El clima frío y seco, que a menudo acompaña al invierno, también puede afectar tus pulmones y patrones respiratorios. El aire seco, independientemente de la temperatura, suele irritar las vías respiratorias de las personas con afecciones pulmonares. Esto puede causar sibilancias, tos y dificultad para respirar.
Para respirar más fácilmente en condiciones frías o extremadamente secas, considera envolverte la nariz y la boca con una bufanda. Esto puede calentar y humidificar el aire que inhalas.
Sé constante con los medicamentos o inhaladores que te prescriba tu médico. Te ayudarán a controlar la inflamación, haciéndote menos sensible a los cambios de temperatura.
10 consejos clave para mejorar tu salud respiratoria
Aquí te presentamos algunas formas de mejorar tu salud respiratoria:
1. Deja de fumar:
El tabaquismo es una de las principales causas de problemas respiratorios. Si fumas, dejar de hacerlo es el paso más importante que puedes tomar. Busca apoyo de profesionales de la salud, participa en programas para dejar de fumar o explora las terapias de reemplazo de nicotina para abandonar el hábito por completo.
2. Evita el humo de segunda mano:
Incluso si no fumas, la exposición al humo de segunda mano puede dañar tu sistema respiratorio. Evita estar en entornos donde se permite fumar y anima a tus seres queridos a dejar de fumar por el beneficio de la salud respiratoria de todos.
3. Haz ejercicio regularmente:
La actividad física no solo fortalece tu sistema cardiovascular, sino que también mejora la función pulmonar. Realiza ejercicios aeróbicos como caminar, nadar o andar en bicicleta para aumentar tu ritmo cardíaco y mejorar el flujo de oxígeno a los pulmones. Además, incorpora ejercicios de fuerza para fortalecer los músculos que ayudan a respirar.
4. Practica ejercicios de respiración profunda:
Estos ejercicios pueden ayudar a expandir la capacidad pulmonar y mejorar la eficiencia respiratoria. Dedica unos minutos al día a la respiración diafragmática, enfocándote en inhalaciones profundas y exhalaciones lentas. Esto puede ayudar a reducir el estrés, aumentar la oxigenación y promover la relajación.
5. Mantén un peso saludable:
El exceso de peso puede dificultar la respiración. Opta por una dieta equilibrada rica en frutas, verduras, proteínas magras y cereales integrales para mantener un peso saludable. Incorpora actividad física regular a tu rutina para controlar el peso y cuidar tu salud respiratoria.
6. Mantente hidratado:
Beber suficiente agua durante el día es fundamental para mantener la función respiratoria saludable. Esto ayuda a mantener las membranas mucosas del tracto respiratorio húmedas y facilita una respiración más fácil. Limita el consumo de bebidas deshidratantes como el alcohol y las bebidas con cafeína, que pueden empeorar los síntomas respiratorios.
7. Mantén una buena postura:
La mala postura puede restringir la expansión pulmonar. Mantén una postura adecuada al sentarte, estar de pie y caminar para optimizar la función respiratoria. Mantén los hombros hacia atrás, la columna vertebral alineada y la cabeza en alto para permitir la expansión completa de tus pulmones.
8. Minimiza la exposición a contaminantes del aire:
Los contaminantes como el humo, el polvo y la polución pueden irritar el tracto respiratorio y empeorar los problemas respiratorios. Reduce la exposición a estos contaminantes utilizando purificadores de aire, evitando las áreas de alto tráfico durante las horas pico de contaminación y usando una mascarilla cuando sea necesario.
9. Vacúnate:
Las vacunas pueden ayudar a prevenir infecciones respiratorias como la influenza y la neumonía, que pueden provocar complicaciones graves. Mantente al día con las vacunas recomendadas para protegerte a ti mismo y a los demás de las enfermedades respiratorias.
10. Busca atención médica cuando sea necesario:
Si experimentas síntomas respiratorios persistentes como dificultad para respirar, sibilancias o dolor en el pecho, no dudes en consultar a un médico. Estos podrían ser signos de afecciones respiratorias subyacentes que requieren atención médica.
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7 consejos para respirar mejor
Existen varias cosas que puedes hacer para mejorar tu respiración. Aquí te presentamos algunas formas de respirar con más facilidad y eficiencia:
1. Ajusta tu posición para dormir:
La posición para dormir también puede afectar tu respiración. Puedes intentar dormir de lado con la cabeza elevada con almohadas y otra almohada entre las piernas. Esto ayuda a mantener la columna vertebral alineada, lo que a su vez ayuda a mantener abiertas las vías respiratorias y puede prevenir los ronquidos. También puedes dormir boca arriba con las rodillas dobladas. Coloca una almohada debajo de la cabeza y las rodillas. Sin embargo, dormir boca arriba puede hacer que la lengua bloquee la vía respiratoria. No se recomienda si tienes apnea del sueño o roncas.
2. Considera cambios en tu estilo de vida:
Mantén tus pulmones saludables realizando cambios positivos en tu estilo de vida. Mantén un peso saludable y consume alimentos nutritivos, incluidos los ricos en antioxidantes. Vacúnate contra la gripe y la neumonía para ayudar a prevenir infecciones pulmonares y promover la salud pulmonar. Evita fumar, inhalar humo de segunda mano y los irritantes ambientales. Mejora la calidad del aire interior usando filtros de aire y reduciendo los irritantes como las fragancias artificiales, el moho y el polvo.
3. Medita:
Practica la meditación con regularidad. Esto puede ser tan simple como tomarte el tiempo para concentrarte en tu respiración sin intentar controlarla. Los beneficios adicionales pueden incluir claridad mental, tranquilidad y menos estrés.
4. Mantén una buena postura:
Practicar una buena postura ayuda a garantizar que tu pecho y la región torácica de la columna vertebral puedan expandirse completamente. La caja torácica y el diafragma también podrán expandirse por completo y aumentar el rango de movimiento en la parte frontal del cuerpo. En general, al practicar una buena postura, podrás respirar de manera más eficaz y eficiente, lo que te permitirá realizar tus actividades diarias y físicas con mayor facilidad.
5. ¡Canta!
Considera cantar para mejorar tu respiración y la función pulmonar. Las personas con enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) que cantan regularmente reducen su dificultad para respirar y pueden controlar mejor sus síntomas. También se sienten más en control de su respiración. Cantar ayuda a las personas con afecciones pulmonares enseñándoles a respirar más lenta y profundamente, así como a fortalecer los músculos respiratorios. La Fundación Británica del Pulmón recomienda cantar para mejorar tu capacidad de respirar, ayudar a mejorar tu postura y aumentar la fuerza de tu voz y diafragma.
6. Estira y flexiona:
Toma medidas para aliviar cualquier tensión en los hombros, el pecho y la espalda. Puedes hacer ejercicios que se centren en la flexibilidad, la resistencia y el estiramiento para mejorar la postura. Esto puede ayudarte a expandir completamente la caja torácica en todas las direcciones cuando respiras. Puedes hacer estiramientos o acudir a masajes para ayudar a aflojar cualquier zona de tensión.
7. Participa de actividades:
También es una buena idea participar en actividades que te mantengan activo. Estas pueden incluir natación, remo o cualquier actividad que te ponga en movimiento.
Respira despacio y con calma
Respirar es algo natural para muchas personas y quizás no sea algo en lo que pienses mucho. Sin embargo, hay muchas partes del cuerpo que se utilizan durante la respiración. Debido a esto, algunas posturas y patrones son más efectivos para respirar cómodamente que otros.
Las prácticas de respiración pueden ayudarte a mejorar la eficacia de tu respiración. Para algunas personas con afecciones que afectan su función pulmonar, tomar conciencia de esto en sus rutinas diarias puede ayudar a mejorar la sensación de respiración y, en consecuencia, sus actividades diarias.
Habla con un médico sobre cualquier pregunta que tengas sobre tu propia respiración, así como sobre los ejercicios de respiración que te gustaría probar.
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