Después de analizar la teoría y la investigación relevantes sobre el establecimiento de metas en el deporte, es necesario considerar algunas aplicaciones prácticas. La investigación indica que ciertas propiedades de las metas deben provocar un mayor esfuerzo y energizar la conducta de los atletas. Estas propiedades comprenden la dificultad, especificidad, proximidad y foco de las metas (Kingston y Wilson, 2009). Cada una de estas características juega un papel crucial en la motivación de los deportistas, y entenderlas puede mejorar significativamente su rendimiento.
Dificultad de la meta
De acuerdo con Locke y Latham (1990), mientras más desafiante o difícil es la meta, debe provocar mayor motivación. Estos autores plantean que hay una relación lineal positiva entre la dificultad de la meta y el rendimiento en la tarea, y que las metas difíciles promueven un mayor esfuerzo y persistencia en comparación con las metas simples. La investigación sobre el establecimiento de metas ha apoyado esta predicción, aunque los resultados en la psicología del deporte no siempre son consistentes. Las encuestas sobre prácticas de establecimiento de metas en atletas (Burton y Naylor, 2002) indican que los atletas sienten mayor motivación ante metas con un nivel moderado de desafío.
Especificidad de la meta
Las evidencias disponibles indican que la especificidad de la meta, o el grado en que las metas se formulan en términos claros, específicos y alcanzables, tiende a provocar mayor esfuerzo y un mejor rendimiento en comparación con metas más generales. Por ejemplo, un golfista a quien se le dice: “Lleva la bola directo a la calle, pero no te preocupes por la distancia que alcances”, debe esforzarse más que uno a quien sólo se le dice: “Haz tu mejor esfuerzo”. Weinberg et al. (1994) encontraron que los jugadores de lacrosse a quienes se les encomendaron tareas específicas durante una sesión, tuvieron un rendimiento superior al de sus contrapartes a quienes se les asignó la meta de “hacer su mejor esfuerzo”.
Proximidad de la meta
La cuestión de qué tan lejanas en el futuro se ubican las metas suele afectar la motivación de las personas. Bandura (1997) planteó que, mientras las metas cercanas o de corto plazo movilizan el esfuerzo y la persistencia de manera efectiva, las metas distantes están demasiado lejos en el tiempo para constituir incentivos y guías efectivos por acciones presentes. Por tanto, las metas a corto plazo pueden ser más motivadoras y prácticas, proporcionando a los atletas un sentido inmediato de logro y dirección.
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Foco de la meta
El foco de la meta se refiere a si la meta fijada es un resultado (por ejemplo, terminar en primer lugar una carrera) o un rendimiento (por ejemplo, objetivos autorreferenciados como el número de putts en una ronda de golf). La investigación indica que los atletas eligen diferentes tipos de metas en distintas situaciones. Munroe-Chandler et al. (2004) encontraron que los atletas tendían a emplear metas de rendimiento y proceso en el entrenamiento, pero en las competencias se enfocaban más en metas de resultado. Este patrón sugiere que adaptar el tipo de meta al contexto puede mejorar la motivación y el rendimiento.
Positividad de la meta
Además de estas características, las metas deben formularse de la manera más positiva posible. Por ejemplo, en el fútbol, es mejor que un delantero se fije una meta positiva como: “Voy a practicar mis entradas al área para que sean en el momento preciso”, en lugar de establecer una meta negativa como: “Debo intentar no estar fuera de lugar con tanta frecuencia”. Una meta formulada de forma positiva le dice a una persona qué hacer, mientras que una meta formulada de modo negativo no brinda esa orientación explícita, lo que puede ser menos efectivo para la motivación.
Aplicaciones prácticas
Para aplicar estas propiedades motivacionales de las metas de manera práctica, los entrenadores y atletas deben considerar cuidadosamente la formulación de sus objetivos. Las metas deben ser desafiantes pero alcanzables, específicas en su formulación, cercanas en el tiempo para mantener la motivación alta, enfocadas en el rendimiento o resultado según el contexto, y siempre expresadas en términos positivos. Al hacerlo, pueden maximizar el esfuerzo y la persistencia, mejorando el rendimiento deportivo en todos los niveles.
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En resumen, entender y aplicar las propiedades motivacionales de las metas es crucial para el éxito en el deporte. La dificultad, especificidad, proximidad y foco de las metas son factores clave que pueden influir en la motivación y el rendimiento de los atletas. Con una formulación adecuada de metas, se puede energizar la conducta de los atletas y guiar su esfuerzo de manera efectiva, llevando a una mejora continua en su desempeño.
(1) Swann C, Rosenbaum S, Lawrence A, Vella SA, McEwan D, Ekkekakis P. Updating goal-setting theory in physical activity promotion: a critical conceptual review. Health Psychol Rev. 2021 Mar;15(1):34-50. doi: 10.1080/17437199.2019.1706616. Epub 2020 Jan 27. PMID: 31900043.
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