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¿Qué es la escoliosis?

Qué es la escoliosisLa escoliosis es una condición que afecta la alineación de la columna vertebral, causando una curvatura anormal en esta estructura fundamental del cuerpo. A diferencia de la forma recta que debería tener cuando se observa desde el frente, una columna con escoliosis presenta una desviación lateral, lo que puede tomar la forma de una “S” o una “C”, dependiendo de la gravedad y la cantidad de curvas. La escoliosis no es simplemente una postura incorrecta o una ligera asimetría; es una deformidad estructural que puede tener importantes implicaciones en la salud general, especialmente en el crecimiento y desarrollo de niños y adolescentes.

La estructura de la columna vertebral

Para entender mejor qué es la escoliosis, es crucial primero conocer cómo debería ser una columna vertebral saludable. La columna está compuesta por 33 vértebras y, vista de lado, presenta curvaturas naturales: una lordosis cervical (curva hacia adentro en el cuello), una cifosis dorsal (curva hacia afuera en la parte media de la espalda) y una lordosis lumbar (curva hacia adentro en la zona baja). Estas curvas permiten la flexibilidad y resistencia necesarias para que la columna soporte el peso y movimiento del cuerpo. Sin embargo, vista de frente, la columna debe ser recta. Cualquier desviación lateral es lo que se conoce como escoliosis.

Tipos de escoliosis: No todas son iguales

Existen diferentes tipos de escoliosis, clasificadas según la causa y el momento en el que se desarrollan. Aquí exploramos los tres principales:

  1. Escoliosis congénita: Esta forma se presenta al nacer y se debe a un desarrollo anormal de las vértebras en el útero. Los niños que nacen con escoliosis congénita suelen tener vértebras que están fusionadas o malformadas, lo que resulta en una curvatura lateral de la columna desde el inicio de la vida.
  2. Escoliosis idiopática: Este es, con diferencia, el tipo más común de escoliosis, representando aproximadamente el 75% de los casos. Idiopática significa que no se conoce una causa clara. Aunque se ha investigado mucho sobre los factores genéticos y de crecimiento que podrían contribuir, la verdad es que muchas veces los médicos no pueden determinar exactamente por qué ocurre. La escoliosis idiopática suele aparecer durante la adolescencia, un período crítico de rápido crecimiento.
  3. Escoliosis neuromuscular: Esta forma es secundaria a otros trastornos que afectan los músculos o los nervios, como la parálisis cerebral, espina bífida o distrofia muscular. En estos casos, la escoliosis es el resultado de un desequilibrio muscular que afecta la alineación de la columna.
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Síntomas de la escoliosis: Cómo reconocerla

Una de las preguntas más frecuentes es cómo detectar los primeros signos. En muchos casos, especialmente con escoliosis idiopática en niños y adolescentes, la condición puede pasar desapercibida hasta que la curvatura comienza a ser visible o provoca dolor. Algunos de los síntomas más comunes incluyen:

  • Hombros desiguales: Un hombro puede estar más alto que el otro.
  • Cintura desigual: Una cadera puede sobresalir más que la otra.
  • Costillas prominentes: En algunos casos, las costillas de un lado pueden sobresalir más debido a la rotación de la columna.
  • Desviación de la cabeza: La cabeza puede no estar alineada con el centro del cuerpo.
  • Dolor de espalda: Aunque no siempre ocurre, algunas personas con escoliosis experimentan dolor de espalda debido a la presión que la curvatura anormal ejerce sobre los músculos y nervios.

Diagnóstico de la escoliosis: De la observación al diagnóstico médico

Si se sospecha que alguien tiene esta condición, el primer paso es acudir a un especialista en salud, quien realizará una evaluación clínica. El diagnóstico suele incluir:

  • Examen físico: El médico observará la postura de la persona desde diferentes ángulos y le pedirá que se incline hacia adelante para ver si hay una curvatura visible.
  • Radiografías: La prueba definitiva para diagnosticar la escoliosis es una radiografía, que permite visualizar la curvatura exacta de la columna y medir el grado de desviación.

Aquí es donde la experiencia profesional entra en juego. En muchas ocasiones, he observado que la escoliosis puede comenzar de manera sutil, sin síntomas visibles. En mis años de trabajo, he visto casos donde una ligera asimetría pasó desapercibida hasta que se realizaron las pruebas adecuadas. No basta solo con observar, a veces el ojo humano puede no captar la verdadera magnitud del problema.

Grados de escoliosis: ¿Cuándo es preocupante?

La gravedad de la escoliosis se mide en grados, utilizando el ángulo de Cobb, que cuantifica la desviación de la columna a partir de una radiografía. Este ángulo permite a los médicos clasificar la escoliosis en leve, moderada o severa:

  • Escoliosis leve: 10 a 20 grados de desviación.
  • Escoliosis moderada: 20 a 40 grados de desviación.
  • Escoliosis severa: Más de 40 grados de desviación.
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Cuanto mayor es el ángulo, más probabilidades hay de que la escoliosis progrese y cause complicaciones. Aquí, la experiencia personal es clave para determinar cómo abordar el tratamiento. He visto casos en los que una escoliosis leve se mantiene estable durante años sin necesidad de intervención, mientras que en otros, una curvatura aparentemente inofensiva puede progresar rápidamente, especialmente durante los períodos de crecimiento rápido en la adolescencia.

Tratamientos para la escoliosis: Desde la vigilancia hasta la cirugía

El tratamiento de la escoliosis depende en gran medida de la gravedad de la curvatura y del riesgo de progresión. Aquí entra en juego la importancia de una evaluación adecuada y un seguimiento constante.

  1. Observación y fisioterapia: Para las curvaturas leves, el tratamiento suele ser la observación. En estos casos, se recomienda una vigilancia regular con radiografías para asegurarse de que la escoliosis no empeora. También es común recomendar fisioterapia, especialmente técnicas como la Reeducación Postural Global (RPG) o el método Schroth, que ayudan a fortalecer los músculos que sostienen la columna y a mejorar la postura. En mi experiencia, estos enfoques son fundamentales, ya que permiten abordar la escoliosis sin recurrir a intervenciones más invasivas.
  2. Corsé: Para curvaturas moderadas, especialmente en adolescentes en crecimiento, se recomienda el uso de un corsé. El objetivo del corsé no es corregir la curvatura, sino evitar que empeore. Aquí, hay que ser cuidadosos. Aunque el corsé puede ser efectivo para detener el progreso de la escoliosis, muchos niños y adolescentes lo encuentran incómodo y difícil de aceptar, lo que puede afectar su calidad de vida.
  3. Cirugía: En los casos más severos, donde la curvatura supera los 40-50 grados, la cirugía puede ser la única opción. Las cirugías de escoliosis, como la fusión espinal, implican el uso de varillas y tornillos para enderezar la columna y evitar que la curvatura progrese. Sin embargo, es una intervención mayor, y no debe tomarse a la ligera. He visto cómo algunos pacientes experimentan una mejora significativa tras la cirugía, pero también he presenciado los desafíos que enfrentan en su recuperación, incluida la pérdida de movilidad en la columna.

Impacto emocional: Más allá del dolor físico

No podemos hablar de escoliosis sin abordar el impacto psicológico y emocional que puede tener, especialmente en adolescentes. En mi experiencia, muchos jóvenes luchan con la idea de tener que usar un corsé o someterse a una cirugía, lo que puede afectar su autoestima y bienestar emocional. He visto cómo el apoyo psicológico puede ser tan importante como el tratamiento físico, ya que ayuda a los pacientes a aceptar su condición y a tomar decisiones informadas sobre su tratamiento.

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Afortunadamente, la mayoría de las personas con escoliosis pueden llevar una vida completamente normal. El tratamiento adecuado, la intervención temprana y una buena estrategia de manejo pueden prevenir complicaciones a largo plazo. Para aquellos que viven con escoliosis, el consejo es claro: mantener un estilo de vida activo y saludable es fundamental. La fisioterapia, junto con ejercicios específicos como Pilates y natación, pueden ayudar a mantener la columna flexible y fuerte, y minimizar el impacto de la escoliosis en la vida diaria.

Conclusión

La escoliosis puede parecer una condición aterradora, pero con el diagnóstico y tratamiento adecuados, la mayoría de las personas pueden vivir sin mayores problemas. Desde mi experiencia, cada caso de escoliosis es único, y es fundamental abordar el tratamiento de manera individualizada. Si bien hay directrices médicas generales, el trabajo personalizado con un buen equipo de fisioterapeutas y especialistas marca la diferencia en la evolución de la escoliosis.

Recuerda, la clave está en la prevención y en tomar acción temprana. Si sospechas que puedes tener escoliosis, o tienes un hijo en riesgo, busca una evaluación profesional cuanto antes. ¡No te preocupes! La mayoría de los casos se manejan con éxito, permitiendo una vida plena y activa.

(1) Sauri-Barraza JC. Escoliosis de inicio temprano: fisiopatología, diagnóstico y tratamiento [Early-onset scoliosis: pathophysiology, diagnosis and treatment]. Acta Ortop Mex. 2023 Mar-Apr;37(2):99-105. Spanish. PMID: 37871933.