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Métodos de administración de plantas medicinales

Los métodos de administración de plantas medicinales dependen del objetivo terapéutico, las características del paciente, la duración del tratamiento y la vía de administración. El objetivo terapéutico influye directamente en la forma y vía de administración de la planta medicinal.

Si la afección se encuentra en órganos o tejidos específicos, una administración local, como en la piel, nariz, garganta u ojos, puede ser más efectiva, evitando que el principio activo llegue a la circulación sistémica y minimizando los efectos secundarios no deseados.

Para lograr una acción sistémica, la vía oral es generalmente fácil y cómoda, ya que es la entrada natural de sustancias al cuerpo. Por esta razón, muchas plantas medicinales se administran oralmente, frecuentemente en cápsulas. Sin embargo, la vía oral no siempre es viable debido a la mala absorción de ciertos principios activos o a un efecto de primer paso significativo. Además, algunos pacientes pueden tener dificultades para tragar, lo que limita esta opción.

La administración de plantas medicinales puede realizarse mediante preparados galénicos o formas farmacéuticas. Los preparados galénicos, como tinturas y extractos, pueden administrarse directamente o transformarse en formas farmacéuticas. Las formas farmacéuticas ofrecen ventajas sobre los preparados galénicos, incluyendo mayor precisión en la dosificación, estabilidad, eficacia y seguridad, así como una mejor presentación y comodidad para el paciente.

En este artículo se detallan los métodos de administración de plantas en fitoterapia, incluyendo preparados galénicos y formas farmacéuticas, clasificados según la vía de administración.

Preparaciones líquidas

Zumos

Los zumos se han usado tradicionalmente por su alto contenido en nutrientes y sus propiedades alimenticias y refrescantes. Estos se obtienen mediante la expresión mecánica de la planta fresca. Sin embargo, debido a que algunos de sus componentes hidrosolubles se degradan rápidamente al contacto con la luz y el aire, deben consumirse recién preparados para mantener su estabilidad. Ejemplos comunes incluyen el zumo de naranja y el de limón.

Macerados

Los macerados son preparados galénicos obtenidos mediante la maceración con disolventes. Este proceso implica extraer los principios activos de la planta triturada a temperatura ambiente usando agua, aceite o alcohol. La duración de la maceración varía según el disolvente utilizado y las características de la planta. El agua requiere menos de 24 horas debido a problemas de estabilidad, el aceite puede prolongarse varios meses, y el alcohol permite una maceración indefinida. Este método es ideal para plantas con principios activos sensibles al calor y para evitar extraer taninos, que podrían dar un sabor amargo al preparado.

Infusiones

Las infusiones se preparan vertiendo agua hirviendo sobre la planta seca y pulverizada, dejándola reposar unos 10 minutos. Normalmente se utilizan las partes tiernas de la planta, como hojas y flores. La cantidad de planta necesaria depende de la parte utilizada.

Cocimientos

También conocidos como decoctos, los cocimientos se obtienen mediante la decocción, que consiste en hervir la planta con agua y mantener la ebullición durante un tiempo determinado. Son útiles para extraer principios activos de partes duras de la planta, como cortezas, tallos o raíces. Por ejemplo, un cocimiento de hojas de fresno se utiliza para tratar la artrosis, preparando 30 gramos de hojas por litro de agua, hervidos durante 10 minutos.

Tisanas

Las tisanas son preparados obtenidos mediante maceración, infusión o decocción de la planta con agua, y también se conocen como tés. Son una forma común de administración de plantas medicinales debido a su facilidad de preparación y agradable sabor, aunque deben consumirse inmediatamente por su baja estabilidad. Incluyen plantas base, coadyuvantes, complementarias y correctoras de sabor.

Apocemas

Los apocemas se obtienen concentrando una tisana mediante prolongada ebullición. Al concentrar los principios activos, este preparado se vuelve más potente y debe ser utilizado bajo prescripción médica. Por ejemplo, un apocema diurético podría prepararse con corteza de saúco y bayas de enebro.

Extractos fluidos

Los extractos fluidos se obtienen mediante la extracción con alcohol de plantas secas. Estos extractos son más concentrados que las tinturas y se utilizan como base para preparar otras formas farmacéuticas, así como para aplicaciones tópicas en pomadas y cremas.

Tinturas

Las tinturas se obtienen mediante la extracción en frío con disolventes como el alcohol, generalmente en proporción 1:5 o 1:10. Las tinturas hidroalcohólicas son comunes y se administran diluidas en agua, té o zumo. Por ejemplo, la tintura de mejorana se usa como eupéptica.

Alcoholaturas

Las alcoholaturas son tinturas hechas a partir de plantas frescas, usando etanol de 80 a 96 grados. Un ejemplo es la alcoholatura de limón, hecha con cáscara fresca de limón y alcohol, utilizada para corregir el sabor de diversas preparaciones.

Suspensiones integrales de planta fresca (SIPF)

Estas se preparan para mantener las características de la planta fresca. La planta se congela rápidamente después de la recolección, se tritura y se tamiza, luego se añade etanol. Estas suspensiones se diluyen en agua antes de su uso.

Aceites esenciales

Los aceites esenciales son productos volátiles y aromáticos extraídos principalmente por destilación. Se administran disueltos en azúcar o infusiones, y también se aplican tópicamente mediante masajes.

Aguas aromáticas

Son disoluciones diluidas de aceites esenciales en agua, utilizadas como carminativos, como el agua de melisa.

Aguardientes o licores

Estos se preparan hirviendo la planta con agua, reduciendo el líquido y añadiendo etanol. Se filtran y se administran en pequeñas dosis.

Vinos medicinales

Los vinos medicinales se obtienen macerando la planta en vino, usándose vino tinto para propiedades astringentes y vino blanco para diuréticas. Un ejemplo es el vino de genciana para la anorexia.

Gotas orales

Utilizadas para administrar tinturas, extractos fluidos y aceites esenciales, las gotas orales permiten una dosificación precisa. Por ejemplo, gotas de ginkgo, pervinca y ajo se usan para mejorar la circulación.

Jarabes

A partir de extractos de plantas, los jarabes se caracterizan por su alta concentración de azúcar. Un ejemplo es el jarabe de pasiflora, utilizado como tranquilizante.

Elixires

Son preparaciones líquidas hidroalcohólicas mezcladas con jarabe. Por ejemplo, un elixir laxante puede incluir extracto fluido de frángula y tintura de cilantro.

Ampollas bebibles

Estas formas líquidas unidosis son útiles para una dosificación exacta y se utilizan para productos específicos como jalea real o vitaminas.

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Corrección organoléptica

En la elaboración de un preparado fitoterápico destinado a la vía oral, es crucial considerar el color, olor, sabor y aspecto final del producto, ya que estos factores influyen significativamente en la adherencia del paciente al tratamiento. Las mezclas de productos de origen vegetal pueden tener características organolépticas fuertes y desagradables, por lo que modificar el sabor es un reto que el formulador debe abordar. Esto se puede lograr mediante el estudio del sabor del preparado, considerando el tipo de paciente y añadiendo saborizantes y edulcorantes adecuados.

Factores a considerar

  • Tipo de paciente:
    • Pacientes pediátricos prefieren sabores dulces y rechazan sabores amargos. Gustan de sabores de frutas del bosque, cítricos y vainilla.
    • Adultos aceptan un nivel razonable de amargor y pueden preferir combinaciones de vino, especias, anís o chocolate.
    • Las mujeres tienen un sentido del olfato y el gusto más desarrollado que los hombres.
    • Los ancianos presentan una disminución de la sensibilidad para el olfato y el gusto (3-5 veces menor que en un adulto).
    • En tratamientos prolongados, se recomiendan sabores suaves para evitar la fatiga del paciente.
    • Ciertas patologías y tratamientos farmacológicos pueden alterar los sentidos del gusto y el olfato.

Saborizantes

Los saborizantes son sustancias puras o mezclas, de origen natural o sintético, que se incorporan a medicamentos para enmascarar o potenciar el sabor y el olor del preparado. Su presentación puede ser en polvo o en solución, y su selección depende del análisis del sabor a modificar:

  • Sabor dulce: Vainilla, frutos del bosque, frutas variadas.
  • Sabor ácido: Limón, lima, naranja, cereza (guinda), pomelo, frambuesa.
  • Sabor salado: Almendra, mantequilla, malta.
  • Sabor amargo: Anís, café, chocolate, menta, pomelo, cereza (guinda), melocotón, frambuesa, limón, naranja, lima.

Ejemplo de corrección del sabor:

  • Gotas orales de Ginkgo biloba (fig. 9 Láminas en color), con aceites esenciales de limón y de naranja para enmascarar el sabor amargo de la droga principal.
    • Ginkgo biloba, extracto seco 24%: 4 g
    • Etanol 96°: 60 ml
    • Aceite esencial de limón: 0,3 ml
    • Aceite esencial de naranja: 0,3 ml
    • Sacarina sódica: 0,1 g
    • Agua destilada, c.s.p.: 100 ml

Edulcorantes

Los edulcorantes se utilizan para mejorar el sabor del preparado, aunque pueden aumentar la viscosidad y afectar la velocidad de disolución de los activos fitoterápicos. Es recomendable añadir los azúcares al final del proceso de elaboración:

  • Azúcares comunes: Sacarosa, dextrosa, sorbitol, manitol.
  • Edulcorantes no calóricos: Sacarina (250-500 veces más dulce que la sacarosa, con sabor final amargo) y aspartamo (200 veces más dulce que la sacarosa, sin el sabor amargo de la sacarina, pero con problemas de estabilidad a altas temperaturas).

Colorantes naturales

Para modificar el color de las tisanas, se pueden utilizar plantas colorantes:

  • Amapola: Rojo
  • Flores de manzanilla: Blanco
  • Flores de cártamo: Naranja
  • Pétalos de lirio: Azul

Conservantes

Para mantener la esterilidad y prolongar la estabilidad de las preparaciones fitoterápicas, especialmente en formas líquidas, se utilizan conservantes que previenen el crecimiento microbiano, el cual puede causar olores desagradables, turbidez y efectos indeseables en la palatabilidad y apariencia del preparado. Los conservantes más utilizados son:

  • Etanol: 15-17%
  • Sacarosa: 64% en jarabes
  • Benzoato de sodio: 5-10%, más eficaz a pH inferior a 4
  • Glicerina: 20-40%
  • Parabenes: Ésteres del ácido p-hidroxibenzoico, eficaces en el rango de pH entre 4 y 8, aunque pierden eficacia a pH superior a 8 y su actividad antimicrobiana es neutralizada por tensioactivos no iónicos como los polisorbatos o Tweens®.

Preparaciones líquidas de plantas medicinales

Las preparaciones líquidas de plantas medicinales se utilizan en diversas formas como soluciones, suspensiones o emulsiones. Estas son algunas de las más comunes:

Aceites esenciales

Los aceites esenciales son productos volátiles, lipófilos y de olor intenso. Según su consistencia, pueden ser esencias fluidas, bálsamos y oleorresinas. Se aplican sobre la piel, diluidos en aceites transportadores. Por ejemplo, el aceite esencial de lavanda se utiliza tópicamente como analgésico local.

Aceites

Los aceites consisten en la disolución del principio activo de la planta en aceites vegetales. La planta, ya sea fresca o seca, se mezcla con aceite de semillas de girasol, de oliva, entre otros. Se macera durante un mínimo de 2 a 3 semanas y luego se filtra. Estos aceites se aplican sobre la piel generalmente mediante masaje, aunque algunos, como el aceite de ajo, también se pueden administrar por vía oral.

Aguas aromáticas

Las aguas aromáticas son disoluciones diluidas de aceites esenciales en agua. Un ejemplo es el agua de rosas, que se utiliza como aromatizante y astringente.

Linimentos

Los linimentos son preparados líquidos elaborados a base de aceites y bálsamos, constituidos por una solución o emulsión de vehículo acuoso, alcohólico u oleoso para uso externo y aplicación mediante fricción. Por ejemplo, la solución hidroalcohólica de menta americana (Lippia alba) se utiliza tópicamente por su acción analgésica.

Lociones

Las lociones se preparan por solución, emulsión o suspensión de preparados galénicos en agua o soluciones hidroalcohólicas. Se aplican tópicamente mediante fricción o sin ella, o con una gasa. Tienen diversos usos; por ejemplo, la loción de alcohol de romero al 70%, la de alcanfor y las de diversos aceites esenciales de romero, lavanda, manzanilla y pino, se utilizan para el tratamiento de dolor, contracturas y calambres.

Baños

La preparación de baños es compleja: se prepara la infusión o decocción de 0.5 a 1 kg de planta en 3 a 5 litros de agua, se filtra y se añade al baño. Se aplica en diversas zonas del cuerpo. Dependiendo de la temperatura y el tiempo de aplicación, los baños pueden ser:

  • Fríos (10-20 °C): deben ser de corta duración.
  • Frescos (20-28 °C): su duración debe ser inferior a 15 minutos.
  • Tibios (28-35 °C) y calientes (35-40 °C): la duración no debe exceder los 20 minutos.

Los baños de pies se llaman pediluvios y los de manos, maniluvios. Por ejemplo, el baño de inflorescencias de lavanda se utiliza como relajante.

Preparaciones semisólidas

Las preparaciones de consistencia semisólida constituyen un grupo amplio dentro de las formas de aplicación cutánea. Estas están destinadas a ser aplicadas sobre la piel para ejercer una acción local o sistémica. Las formas farmacéuticas de consistencia semisólida constan de un excipiente, sencillo o complejo, en el cual se disuelven o se dispersan los principios activos. Según la Real Farmacopea Española (RFE), se distinguen varias categorías de preparados semisólidos: pomadas, cremas, geles y pastas. A continuación, se describen sus características más importantes.

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Pomadas

Las pomadas constan de un excipiente de una sola fase en el cual se pueden dispersar sólidos o líquidos. Pueden ser:

  • Hidrófobas: No pueden absorber más que pequeñas cantidades de agua; se elaboran con vaselina, parafina, aceites vegetales, grasas animales, glicéridos sintéticos, ceras o siliconas.
  • Absorbentes de agua: Pueden absorber grandes cantidades de agua y se elaboran como las hidrófobas, pero se incorpora a la fórmula un emulgente, como la lanolina o tensioactivos.
  • Hidrófilas: Se obtienen con excipientes miscibles en agua, como los polietilenglicoles.

Pastas

Las pastas son pomadas con una fracción importante de sólidos. Los excipientes pueden ser de carácter hidrófobo o hidrófilo.

Cremas

Las cremas son emulsiones constituidas por dos fases: una lipófila y otra hidrófila. Pueden ser de dos tipos:

  • Cremas hidrófobas: La fase continua o externa es la fase lipófila (emulsiones A/O).
  • Cremas hidrófilas: La fase externa es de naturaleza acuosa debido a la presencia en su composición de emulgentes, como jabones sódicos, alcoholes grasos y polisorbatos (emulsiones O/A).

Geles

Los geles están formados por líquidos gelificados con ayuda de agentes apropiados. Pueden ser:

  • Geles hidrófobos o lipogeles: Constituidos por excipientes como la parafina líquida, adicionada de polietileno, aceites grasos gelificados con sílice coloidal o por jabones de aluminio o cinc.
  • Geles hidrófilos o hidrogeles: Elaborados con excipientes hidrófilos, como el agua, el glicerol y los propilenglicoles, gelificados con sustancias como goma de tragacanto, almidón, derivados de la celulosa, polímeros acrílicos, carboxivinílicos, silicatos de magnesio y aluminio.

Importancia del Excipiente

Para conseguir la acción adecuada de una planta medicinal aplicada sobre la piel, es importante seleccionar el excipiente idóneo. El excipiente no debe considerarse un mero soporte, sino una parte fundamental de la formulación; debe liberar el activo fitoterápico en el lugar adecuado, a la velocidad adecuada y en condiciones óptimas para su acción. En algunos casos, el excipiente debe ceder el fármaco sobre las capas superficiales; en otros, puede ser necesario que favorezca la hidratación de la piel para que penetre en la epidermis o bien puede requerirse que transporte el fármaco que contiene a las capas más profundas.

Los excipientes más oclusivos e hidratantes son los lipófilos, seguidos de las emulsiones A/O (ambos se consideran hidratantes). Las emulsiones O/A no protegen demasiado de la evaporación, pero bien formuladas pueden compensar este efecto con la hidratación exógena que producen, debido a los polioles que se incorporan en la fase acuosa y a los emulgentes O/A. No obstante, los polioles, debido a su higroscopicidad, producen a la larga una deshidratación más o menos acusada que depende, entre otros factores, de la humedad ambiental. Por último, los excipientes hidrófilos, salvo raras excepciones, deshidratan la piel. Sin embargo, en algunos casos es interesante utilizarlos por las características de lipofilia del principio activo o por el estado de la piel.

Selección del Excipiente Según el Estado de la Piel

El estado de alteración de la piel también es importante en la selección del excipiente.

  • Inflamación aguda: Para estados de inflamación aguda, que generalmente presentan humedad y exudación en la superficie, resultan adecuados excipientes acuosos, como lociones o geles hidrófilos.
  • Inflamación crónica: Cuando la inflamación es crónica y seca, es preferible utilizar vehículos lipófilos, como lipogeles o cremas A/O.

Otras Preparaciones

Parches transdérmicos

Los parches transdérmicos son formas farmacéuticas que liberan el principio activo de manera controlada y se aplican sobre la piel. Estos parches ofrecen una mayor oclusividad en comparación con los excipientes mencionados anteriormente, permitiendo una mayor penetración del fármaco. Un ejemplo de esto son los parches de capsaicina utilizados para tratar lumbalgias.

Preparaciones tradicionales

A lo largo de la historia, las plantas medicinales se han aplicado sobre la piel en formas tradicionales como cataplasmas, sinapismos, emplastos, compresas y fomentos.

Cataplasmas

Los cataplasmas son pastas elaboradas con plantas frescas, agua y algún tipo de harina o mucílago. La mezcla se calienta suavemente, se envuelve en un paño y se aplica caliente sobre la piel, cubriéndola con una tela de lana para mantener el calor. Un ejemplo es el cataplasma de consuelda, usado para tratar infecciones cutáneas.

Sinapismos

Los sinapismos son un tipo especial de cataplasma hecho con harina de mostaza negra y agua tibia, ya que el calor excesivo puede reducir su efecto farmacológico. La mostaza irrita la piel, por lo que nunca debe aplicarse directamente. Son útiles en casos de congestiones pulmonares, como la bronquitis.

Emplastos

Los emplastos son preparaciones flexibles en las que las sustancias vegetales se mezclan con grasas o resinas. Se aplican directamente sobre la piel para asegurar un contacto estrecho, permitiendo la absorción lenta de los principios activos o actuando como queratolíticos o protectores. A diferencia de los cataplasmas, los emplastos se colocan directamente sobre la epidermis y pueden fijarse con una venda.

Compresas

Las compresas se preparan impregnando un trozo de tela o una gasa con una tisana, jugo o tintura de plantas. Se aplican sobre la piel durante 5 a 10 minutos varias veces al día. Existen compresas cicatrizantes, antisépticas, descongestivas, tonificantes y defatigantes.

Fomentos

Los fomentos se preparan de manera similar a las compresas, pero se utilizan calientes. Se dosifican de 50 a 100 gramos de droga por litro de agua. Son indicados para tratar reumatismo, dolores espasmódicos abdominales y problemas otorrinolaringológicos. Un ejemplo es el fomento de eucalipto, utilizado para aliviar la bronquitis.

Preparaciones oftálmicas, nasales y óticas

Preparados oftálmicos

Para los preparados de uso oftálmico, la esterilidad es crucial debido a los riesgos de contaminación por microorganismos patógenos, que pueden causar graves daños oculares. En condiciones normales, el ojo está protegido por la córnea y las lágrimas, las cuales contienen una enzima antibacteriana y eliminan contaminantes de la superficie ocular, llevándolos a la cavidad nasal a través del conducto lagrimal. Sin embargo, una córnea dañada puede permitir la invasión de microorganismos en los tejidos subyacentes.

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Colirios o gotas oftálmicas: Son disoluciones o suspensiones estériles de una o varias sustancias medicinales en un vehículo acuoso u oleoso, diseñadas para ser instiladas en el saco conjuntival. Las soluciones oftálmicas deben estar libres de partículas contaminantes, ya que estas no solo pueden causar molestias, sino también actuar como abrasivos para la córnea y facilitar la invasión de microorganismos. Las suspensiones oftálmicas deben tener partículas de tamaño controlado, y las características de pH y presión osmótica deben ser fisiológicas para evitar dolor e irritación.

Baños oculares: Se utilizan infusiones al 5% de mezclas de plantas, como capítulos florales de manzanilla y hojas de hamamelis, para preparar baños oculares. Al igual que los colirios, estos baños deben ser estériles e isotónicos.

Preparados nasales

Estos incluyen preparaciones líquidas (gotas nasales y aerosoles líquidos), semisólidas y sólidas (polvos nasales), que contienen uno o más principios activos. Están destinadas a la administración en las fosas nasales para ejercer efectos locales o sistémicos. Deben elaborarse para no dañar la integridad del epitelio nasal, permitiendo la normal función secretora y ciliar. Por ello, son usualmente isotónicas y tienen un pH entre 6,5 y 8,3, ya que este rango no afecta significativamente el movimiento ciliar.

Preparados óticos

Estas preparaciones pueden ser líquidas, semisólidas o sólidas y se destinan a la instilación, pulverización, insuflación o lavado del conducto auditivo. Si el oído tiene alguna lesión o supuración, existe el riesgo de absorción sistémica del preparado. Los vehículos comunes para gotas óticas incluyen glicerina, propilenglicol y otros glicoles, y también pueden utilizarse vehículos acuosos con viscosizantes. Para preparados semisólidos, se pueden usar pomadas a base de mezclas de vaselina-lanolina. Un ejemplo de gotas óticas antisépticas para tratar otitis externas incluye los siguientes ingredientes:

  • Aceite esencial de tomillo cabezudo (Timbra capitata): 0,1 g
  • Aceite esencial de ajedrea (Satureja montana): 0,1 g
  • Extracto fluido de hamamelis (Hamamelis virginiana) (1:1): 3,0 g
  • Glicerina boratada, c.s.p.: 50 ml

Preparaciones para aplicación tópica en la cavidad bucal

Colutorios: Son soluciones acuosas de cierta viscosidad que contienen sustancias destinadas a tratar diversas afecciones de la cavidad bucal, como estomatitis, gingivitis o piorreas. Un ejemplo común es el colutorio de mirra.

Gargarismos: Se trata de soluciones acuosas no viscosas utilizadas para bañar la cavidad bucal y la zona orofaríngea, empleadas en el tratamiento de faringitis, laringitis y amigdalitis. Por ejemplo, un gargarismo para faringitis se puede preparar hirviendo hojas de malva, tomillo y eucalipto (una cucharada sopera por taza) durante un minuto y dejándolo reposar cinco minutos antes de filtrar y usar tibio tres veces al día.

Soluciones para enjuagues: Son soluciones acuosas no viscosas diseñadas para refrescar, desodorizar o realizar la antisepsia de la cavidad bucal.

Preparaciones rectales

Las preparaciones rectales están diseñadas para la administración por vía rectal con el objetivo de obtener efectos locales o sistémicos, o para uso en diagnóstico. Las formas de dosificación más comunes incluyen supositorios y enemas.

Supositorios: Estas formas farmacéuticas, utilizadas desde la antigüedad, tienen una forma troncocónica o similar, superficie lisa y consistencia adecuada para facilitar su administración. Se administran en dosis unitarias y pueden contener una o varias sustancias medicinales. Deben disolverse o fundirse en la cavidad rectal para ejercer su efecto, que puede ser local o sistémico. Por ejemplo, supositorios con 50-100 mg de extracto de ciprés (Cupressus sempervirens) para tratar la insuficiencia venosa.

Enemas: Estas preparaciones líquidas, que pueden ser soluciones, suspensiones o emulsiones, se administran por vía rectal para obtener efectos locales o sistémicos (enemas terapéuticos o de retención). Los enemas de efecto local se utilizan para la evacuación intestinal al estimular el peristaltismo. Se formulan con agua hervida y enfriada a aproximadamente 37 °C, a la cual se le pueden añadir aceites o cocciones de plantas como hojas de malva, tomillo o manzanilla.

Preparaciones vaginales

Las formas de dosificación más comunes por vía vaginal incluyen óvulos y comprimidos.

Óvulos: Estas preparaciones sólidas, administradas en dosis unitarias, contienen una o varias sustancias medicinales. Su forma, volumen y consistencia deben ser adecuados para facilitar su administración vaginal. Un ejemplo es el uso de óvulos antisépticos y cicatrizantes con extracto seco de ajo y centella.

Comprimidos vaginales: Estas formas farmacéuticas sólidas obtenidas por compresión vienen en diversas formas como ovoide, elíptica, esférica, almendrada o biconvexa aplanada, todas sin ángulos o aristas cortantes para evitar lesiones en la mucosa vaginal.

Además de los óvulos y comprimidos, también se pueden administrar por vía rectal y vaginal otras formas de dosificación como espumas, pomadas, cremas y geles.

Preparaciones para inhalación

Las preparaciones para inhalación son formulaciones sólidas o líquidas destinadas a la administración de medicamentos a las vías respiratorias, en forma de vapores o aerosoles, con el fin de lograr un efecto local o general. La acción sistémica se produce cuando el fármaco alcanza los alvéolos pulmonares. El tamaño de las partículas dispersas es crucial, ya que determina el lugar del árbol respiratorio y la cantidad de fármaco depositado.

Vahos: Tradicionalmente, se utilizan vahos de plantas medicinales, ya sean generales (colocando las plantas en agua hirviendo y cubriéndose con una toalla para inhalar el vapor) o locales. Los vahos ayudan a bajar la fiebre y facilitan el drenaje de mucosidades. Los vahos de eucalipto son especialmente tradicionales.

Aerosoles: Estas preparaciones se administran en forma de aerosoles, es decir, dispersiones de partículas sólidas o líquidas en un gas, utilizando nebulizadores, inhaladores con envase a presión con válvula dosificadora o inhaladores de polvo seco. Por ejemplo, el propóleo atomizado en aerosol se utiliza como antiséptico respiratorio.

(1) Falzon CC, Balabanova A. Phytotherapy: An Introduction to Herbal Medicine. Prim Care. 2017 Jun;44(2):217-227. doi: 10.1016/j.pop.2017.02.001. PMID: 28501226.

(2) Colalto C. What phytotherapy needs: Evidence-based guidelines for better clinical practice. Phytother Res. 2018 Mar;32(3):413-425. doi: 10.1002/ptr.5977. Epub 2017 Nov 28. PMID: 29193357.