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Citología vaginal: Qué esperar

Una citología vaginal, también conocida como prueba de Papanicolaou o Pap, es un procedimiento de rutina utilizado para detectar cáncer de cuello uterino en mujeres. La prueba implica recolectar células del cuello uterino, la parte inferior y estrecha del útero que se abre en la vagina. El objetivo principal de una citología vaginal es detectar células precancerosas o cancerosas en etapas tempranas, permitiendo una intervención y tratamiento oportunos. Las citologías vaginales regulares son cruciales para mantener la salud cervical y prevenir la progresión del cáncer de cuello uterino.

Citología vaginal

Una citología vaginal es un procedimiento simple y rápido en el que un proveedor de atención médica recoge una pequeña muestra de células del cuello uterino. Esta muestra luego se examina bajo un microscopio para identificar cualquier anormalidad. La prueba lleva el nombre del Dr. Georgios Papanicolaou, quien pionereó este método de detección de cáncer. Las citologías vaginales pueden revelar cambios en las células cervicales que pueden indicar infecciones, inflamación o la presencia del virus del papiloma humano (VPH), una de las principales causas de cáncer de cuello uterino.

Las citologías vaginales se realizan principalmente para detectar cáncer de cuello uterino. Pueden detectar células anormales que podrían convertirse en cáncer si no se tratan. Además de la detección de cáncer, las citologías vaginales pueden identificar otras infecciones cervicales y vaginales. La detección temprana a través de citologías vaginales regulares reduce significativamente el riesgo de desarrollar cáncer de cuello uterino, ya que los cambios precancerosos pueden tratarse antes de convertirse en cáncer.

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La frecuencia de las citologías vaginales depende de la edad y el historial médico. Generalmente, las mujeres de 21 a 29 años deben hacerse una citología vaginal cada tres años. Se recomienda que las mujeres de 30 a 65 años se realicen una citología vaginal combinada con una prueba de VPH cada cinco años o una citología vaginal sola cada tres años. Las mujeres mayores de 65 años que hayan tenido pruebas regulares con resultados normales pueden no necesitar más citologías vaginales. Sin embargo, las recomendaciones individuales pueden variar, por lo que es esencial seguir el consejo de su proveedor de atención médica.

La preparación para una citología vaginal implica algunos pasos simples para garantizar los resultados más precisos. Evite programar la prueba durante su período menstrual, ya que la sangre puede interferir con los resultados. Durante 48 horas antes de la prueba, absténgase de tener relaciones sexuales, hacer duchas vaginales y usar medicamentos vaginales o espumas, cremas o geles espermicidas. Estos pueden eliminar u oscurecer las células anormales. Use ropa cómoda, ya que deberá desvestirse de la cintura para abajo para el procedimiento.

Durante el procedimiento de la citología vaginal, se acostará en una mesa de examen con los pies colocados en estribos. El proveedor de atención médica insertará un espéculo en su vagina para ensancharla, permitiendo el acceso al cuello uterino. Luego, se utilizará un pequeño cepillo o espátula para recolectar suavemente células del cuello uterino. El procedimiento suele ser rápido, dura solo unos minutos y puede causar una ligera molestia pero no debería ser doloroso. Después de recoger la muestra, se envía a un laboratorio para su análisis.

Los resultados de la citología vaginal suelen tardar unos días a una semana en regresar. Los resultados se clasifican como normales, poco claros o anormales. Un resultado normal significa que no se encontraron células anormales. Los resultados poco claros, también llamados inconclusos, significan que las células parecen ser anormales, pero no está claro qué cambios significan. Los resultados anormales indican que se encontraron cambios en las células cervicales, que pueden ser menores o sugestivos de cambios precancerosos.

Una citología vaginal anormal no necesariamente significa que tenga cáncer de cuello uterino. Indica que hay cambios en las células cervicales que necesitan una investigación adicional. Dependiendo del tipo y la gravedad de las células anormales, su proveedor de atención médica puede recomendar una citología vaginal de seguimiento, una prueba de VPH o un examen más detallado llamado colposcopia. Durante una colposcopia, se examina el cuello uterino más de cerca y se puede tomar una biopsia.

Las citologías vaginales son generalmente seguras, con riesgos mínimos. Algunas mujeres pueden experimentar un ligero sangrado o manchado y una ligera molestia durante o después del procedimiento. En casos raros, puede ocurrir una infección. Sin embargo, los beneficios de la detección temprana y la prevención del cáncer de cuello uterino superan ampliamente estos riesgos menores. Si experimenta dolor significativo o sangrado abundante después de una citología vaginal, comuníquese con su proveedor de atención médica.

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Las citologías vaginales regulares son una parte vital del cuidado de la salud de las mujeres, contribuyendo significativamente a la detección temprana y prevención del cáncer de cuello uterino. Comprender qué esperar durante una citología vaginal, cómo prepararse y qué significan los resultados puede ayudar a aliviar la ansiedad sobre el procedimiento. Al mantenerse informada y seguir los horarios de detección recomendados, las mujeres pueden tomar medidas proactivas para mantener su salud reproductiva.