La administración de mezclas respiratorias enriquecidas con oxígeno a pacientes con enfermedades agudas se basa en la premisa de que esta forma de tratamiento puede superar los efectos deletéreos conocidos de la hipoxia tisular.
Las prácticas terapéuticas se basan en el conocimiento de la fisiología de la oxigenación en personas normales y enfermas, y en el conocimiento de la toxicidad pulmonar por O2 más que en las alteraciones demostradas en el resultado de la enfermedad.
Presión arterial de oxígeno y oxigenoterapia
La PO2 arterial (Pao2), cuando está marcadamente disminuida, indica privación de O2 de los tejidos, especialmente en estados inestables o agudos.
Sin embargo, la Pao2 puede mostrar poca o ninguna anomalía en estados con un flujo sanguíneo sistémico generalizado o regional muy disminuido.
A pesar de estas deficiencias, la Pao2 sigue siendo una guía útil para iniciar y controlar la terapia con O2 en muchas circunstancias.
Para minimizar la toxicidad pulmonar por O2, la concentración de O2 elegida debe ser la dosis más baja que corrija la hipoxemia.
No se sabe que el 40% de O2 sea clínicamente tóxico incluso después de una administración prolongada, pero la toxicidad aumenta progresivamente por encima de este valor.
En pacientes eupneicos hipoxémicos, la Pao2 de 60 mm Hg representa un valor razonable para la hipoxemia tratable, pero a menudo es racional tratar a pacientes inestables con valores más altos de Pao2, especialmente si la diferencia de Po2 alveolar-arterial es anormalmente amplia.
El 40% de O2 representa una dosis inicial razonable, con ajustes realizados sobre la base de mediciones seriadas de Pao2.
Cuando la hipercapnia acompaña a la hipoxemia, a menudo no se administra O2 para valores de Pao2 mayores de 50 mm Hg, y se debe usar O2 en dosis bajas controladas (24 a 30%) para corregir la hipoxemia parcialmente mientras se conserva un elemento del impulso ventilatorio hipoxémico.
En estados de flujo sanguíneo bajo, deben usarse concentraciones altas de O2 para maximizar la cantidad de oxígeno disuelto en plasma, y la duración del tratamiento debe ser lo más breve posible para minimizar la toxicidad.
Autores: Gordon L. Snider y Jean E. Rinaldo
Palabras claves: oxígeno, oxigenoterapia, toxicidad del oxígeno, hipoxemia, hipoxia
Graduado en Lic. Kinesiología y Fisiatría (UBA). Especialista en Kinesiología Cardio-Respiratoria por la Universidad Favaloro.