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7 Programas Dietéticos en Pacientes Cardiovasculares

Un estudio reciente realizado por un equipo de investigadores ha proporcionado evidencia esclarecedora sobre la eficacia de varios programas dietéticos estructurados para reducir la mortalidad y los eventos cardiovasculares mayores entre pacientes con mayor riesgo cardiovascular. Esta revisión sistemática y metanálisis en red, publicada en el British Medical Journal, evaluó los resultados de siete programas dietéticos populares, centrándose en su impacto sobre la mortalidad por todas las causas, la mortalidad cardiovascular, el accidente cerebrovascular y el infarto de miocardio no fatal.

Programas Dieteticos Pacientes Cardiovasculares

El estudio examinó meticulosamente múltiples bases de datos, incluyendo AMED, CENTRAL, Embase, Medline, CINAHL y ClinicalTrials.gov, hasta septiembre de 2021. Identificó 40 ensayos controlados aleatorizados elegibles que involucraron a 35,548 participantes con mayor riesgo de enfermedad cardiovascular. Los ensayos compararon programas dietéticos contra intervenciones mínimas, como recibir un folleto sobre dieta saludable, con un período de seguimiento de al menos nueve meses.

El análisis cubrió siete programas dietéticos nombrados: bajo en grasas, mediterráneo, muy bajo en grasas, modificado en grasas, combinado bajo en grasas y bajo en sodio, Ornish y Pritikin. Entre estos, la dieta mediterránea y la dieta baja en grasas destacaron por sus resultados superiores. En particular, la dieta mediterránea mostró una reducción significativa en la mortalidad por todas las causas, la mortalidad cardiovascular, el accidente cerebrovascular y el infarto de miocardio no fatal. Evidencia de certeza moderada indicó que la dieta mediterránea podría llevar a 17 muertes menos, 13 muertes cardiovasculares menos, 7 accidentes cerebrovasculares menos y 17 infartos de miocardio no fatales menos por cada 1,000 individuos durante un período de cinco años.

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Los programas dietéticos bajos en grasas también demostraron beneficios considerables, reduciendo la mortalidad por todas las causas en 9 por cada 1,000 y los infartos de miocardio no fatales en 7 por cada 1,000 individuos durante el mismo período. Estos resultados se basaron en evidencia de certeza moderada, subrayando la efectividad de las dietas bajas en grasas para prevenir eventos cardiovasculares fatales y no fatales.

Curiosamente, el estudio no encontró diferencias significativas entre las dietas mediterránea y baja en grasas en términos de su impacto en la mortalidad y el infarto de miocardio no fatal. Esto sugiere que ambos enfoques dietéticos pueden implementarse de manera efectiva para reducir el riesgo cardiovascular, ofreciendo flexibilidad para los pacientes y los proveedores de atención médica en la planificación dietética.

Los otros programas dietéticos—muy bajos en grasas, modificados en grasas, combinados bajos en grasas y bajos en sodio, Ornish y Pritikin—generalmente mostraron poco o ningún beneficio en comparación con la intervención mínima. La evidencia que respalda estos hallazgos era de certeza baja a moderada, lo que indica la necesidad de más investigaciones para determinar concluyentemente su eficacia.

En conclusión, este análisis exhaustivo proporciona evidencia sólida que respalda la implementación de dietas mediterráneas y bajas en grasas en pacientes con mayor riesgo cardiovascular. Estos programas dietéticos, potencialmente combinados con actividad física y otras intervenciones, pueden reducir significativamente el riesgo de mortalidad y eventos cardiovasculares mayores. Los hallazgos refuerzan la importancia de la gestión dietética en la prevención de enfermedades cardiovasculares y ofrecen una guía clara para la práctica clínica.