Lo que debes saber sobre el nerviosismo y ansiedad.
El nerviosismo es una experiencia humana común que se manifiesta en diversas formas e intensidades.
Es una sensación que puede variar desde un ligero malestar hasta una ansiedad debilitante, que afecta a las personas en diferentes aspectos de su vida.
Desde el miedo escénico al hablar en público hasta la anticipación ansiosa antes de una entrevista de trabajo, el nerviosismo es una parte intrínseca del espectro emocional humano.
En este artículo, examinaremos las complejidades del nerviosismo, explorando sus causas, efectos y estrategias para gestionarlo.
La naturaleza del nerviosismo
El nerviosismo, en esencia, es una respuesta a una amenaza o estrés percibido.
Dispara la respuesta de lucha o huida del cuerpo, una reacción fisiológica que nos prepara para enfrentar o huir del peligro.
Esta respuesta está profundamente arraigada en nuestra historia evolutiva, diseñada para mantenernos a salvo de daños.
Sin embargo, en los tiempos modernos, los desencadenantes del nerviosismo han evolucionado más allá de las amenazas físicas para incluir factores estresantes sociales, emocionales y psicológicos.
Causas del nerviosismo
Las causas del nerviosismo son multifacéticas y pueden variar mucho de una persona a otra. Los desencadenantes comunes incluyen:
1. Ansiedad por el desempeño:
El nerviosismo suele acompañar a situaciones en las que las personas sienten que están siendo evaluadas o juzgadas, como hablar en público, exámenes o entrevistas de trabajo.
2. Situaciones sociales:
Conocer gente nueva, asistir a reuniones sociales o participar en charlas triviales puede evocar sentimientos de nerviosismo, especialmente para quienes luchan con la ansiedad social.
3. Incertidumbre:
Enfrentar la incertidumbre sobre el futuro o los eventos próximos puede conducir a un aumento del nerviosismo. Esto puede incluir preocupaciones sobre relaciones, finanzas o salud.
4. Experiencias traumáticas:
Las personas que han experimentado traumas pueden ser más propensas al nerviosismo, ya que ciertos desencadenantes pueden evocar recuerdos o sentimientos asociados con eventos pasados.
5. Genética y Biología:
Puede haber una predisposición genética a los trastornos de ansiedad, y ciertos desequilibrios bioquímicos en el cerebro pueden contribuir a un mayor nerviosismo.
Efectos del nerviosismo
Si bien el nerviosismo es una respuesta natural y a menudo adaptativa, los sentimientos de ansiedad excesivos o prolongados pueden tener efectos perjudiciales tanto para la salud mental como física. El nerviosismo crónico puede conducir a:
1. Rendimiento deficiente:
Los altos niveles de ansiedad pueden afectar la función cognitiva, dificultando la concentración, la retención de información o la toma de decisiones de manera eficaz.
2. Síntomas físicos:
El nerviosismo puede manifestarse en síntomas físicos como temblores, sudoración, taquicardia, náuseas y dificultad para respirar.
3. Conducta de evitación:
Las personas pueden evitar situaciones o actividades que desencadenen sentimientos de nerviosismo, lo que lleva a la pérdida de oportunidades para el crecimiento personal o profesional.
4. Aislamiento:
El nerviosismo crónico puede conducir al retraimiento social y al aislamiento a medida que las personas luchan por lidiar con su ansiedad.
5. Impacto en el bienestar:
La ansiedad a largo plazo puede contribuir a una variedad de problemas de salud, que incluyen trastornos del sueño, problemas digestivos y un sistema inmunológico debilitado.
Manejando el nerviosismo
Si bien el nerviosismo es una experiencia humana común, existen estrategias que las personas pueden emplear para manejar y aliviar sus efectos:
1. Técnicas de respiración profunda y relajación:
Practicar ejercicios de respiración profunda y relajación muscular progresiva puede ayudar a calmar la respuesta del cuerpo al estrés y reducir la sensación de nerviosismo.
2. Terapia cognitivo-conductual (TCC):
La TCC es un enfoque terapéutico que ayuda a las personas a identificar y desafiar los patrones de pensamiento negativos que contribuyen a la ansiedad.
3. Mindfulness y meditación:
Las prácticas de mindfulness cultivan la conciencia del momento presente y pueden ayudar a las personas a desarrollar una actitud sin prejuicios hacia sus pensamientos y sentimientos.
4. Hábitos de vida saludables:
Participar en actividad física regular, mantener una dieta equilibrada, dormir lo suficiente y minimizar el consumo de cafeína y alcohol puede contribuir al bienestar general y reducir la susceptibilidad al nerviosismo.
5. Buscar apoyo:
Hablar con un amigo de confianza, un familiar o un profesional de la salud mental puede proporcionar validación, orientación y apoyo para manejar el nerviosismo.
Conclusión
El nerviosismo es una experiencia humana universal que surge en respuesta al estrés y las amenazas percibidas.
Si bien los sentimientos ocasionales de nerviosismo son normales, la ansiedad crónica puede tener un impacto significativo en la salud mental y física.
Al comprender las causas y los efectos del nerviosismo e implementar estrategias de afrontamiento eficaces, las personas pueden aprender a navegar y mitigar los desafíos que plantea la ansiedad.
Esto conduce a una mayor resiliencia y bienestar frente a las incertidumbres de la vida.
Graduado en Lic. Kinesiología y Fisiatría (UBA). Especialista en Kinesiología Cardio-Respiratoria por la Universidad Favaloro.