La sucralosa, un edulcorante no calórico de alta intensidad, ha obtenido una amplia aprobación para su uso en alimentos y bebidas a nivel mundial. La comunidad científica ha realizado una extensa investigación para evaluar su seguridad. Este artículo resume los hallazgos de una revisión exhaustiva publicada en Food and Chemical Toxicology por Magnuson et al. (2017), que analiza diversos aspectos de la seguridad de la sucralosa a través de numerosos estudios, incluida la caracterización química, la toxicocinética y los estudios de alimentación en humanos y animales.

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Los estudios en animales y humanos revelan que la sucralosa no muestra retención ni acumulación en el cuerpo a lo largo del uso a largo plazo. Se excreta en gran parte sin cambios, sin evidencia de dechloración o hidrólisis en metabolitos. Esto sugiere que la sucralosa no sufre una biotransformación significativa, lo que refuerza su perfil de seguridad al atravesar el sistema digestivo sin ser absorbida en cantidades significativas.
Una parte fundamental de la revisión involucra evaluaciones de genotoxicidad y carcinogenicidad. La sucralosa ha sido rigurosamente evaluada para detectar posibles efectos genotóxicos, y estas pruebas han demostrado consistentemente que no hay evidencia de genotoxicidad. Los estudios de carcinogenicidad, que se adhieren a los estándares regulatorios para el diseño y la realización de estudios, demuestran además que la sucralosa no presenta un riesgo cancerígeno. Esto es importante para garantizar que el consumo a largo plazo no contribuya al desarrollo de cáncer.
Los estudios en animales que investigan los efectos de la sucralosa en el crecimiento, el desarrollo y la reproducción también respaldan su seguridad. Los estudios con dosis altas en roedores, que superan con creces los niveles típicos de consumo humano, revelan principalmente efectos relacionados con la reducción de la palatabilidad del alimento, en lugar de la toxicidad directa. Estos hallazgos son importantes ya que indican que los efectos observados a dosis altas no son el resultado de la toxicidad de la sucralosa, sino más bien de la disminución de la ingesta de alimentos debido a las preferencias de sabor.
Los estudios de neurotoxicidad e inmunotoxicidad refuerzan aún más la naturaleza benigna de la sucralosa. No se han observado efectos adversos significativos en el sistema nervioso o inmunológico, incluso a dosis altas. Esta evaluación exhaustiva cubre varios puntos finales, que incluyen comportamiento, niveles de enzimas, química sanguínea e histología tisular, todo lo cual contribuye a una comprensión profunda de la seguridad de la sucralosa.

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