La disfagia orofaríngea, la dificultad o molestia al tragar, plantea desafíos significativos para los adultos en entornos de atención aguda y crítica. Una reciente revisión sistemática y metaanálisis tuvo como objetivo evaluar la efectividad de las intervenciones para la disfagia en comparación con la atención estándar para mejorar la ingesta oral y reducir la aspiración en esta población (1).
El estudio, realizado por investigadores hasta marzo de 2020, examinó 22 ensayos que involucraron a 1700 pacientes, centrados principalmente en pacientes con accidente cerebrovascular. Los hallazgos arrojaron luz sobre la eficacia de varias intervenciones y subrayaron la necesidad de una mayor investigación en esta área crucial de la atención médica.
Las intervenciones revisadas abarcaron una variedad de enfoques, incluido el tratamiento de la deglución. Sin embargo, el análisis reveló evidencia limitada que respalde la efectividad de estas intervenciones para acelerar el retorno a la ingesta oral o reducir la aspiración. Específicamente, el tratamiento de la deglución no mostró una diferencia significativa en el tiempo requerido para que los pacientes retomaran la ingesta oral o en la incidencia de aspiración después del tratamiento. Estos resultados enfatizan la complejidad de la gestión de la disfagia en entornos de atención aguda y crítica y subrayan la necesidad de intervenciones más sólidas.
A pesar de la falta de evidencia concluyente con respecto a ciertos resultados, el estudio descubrió algunos hallazgos destacados. El tratamiento de la deglución demostró un riesgo reducido de neumonía entre los pacientes, insinuando posibles beneficios secundarios más allá de las mejoras directas en la función de la deglución. Sin embargo, la certeza de la evidencia para estos resultados se consideró baja, lo que indica la necesidad de una investigación adicional para corroborar estos hallazgos y dilucidar los mecanismos subyacentes que impulsan estos efectos.
Un aspecto crítico destacado por el estudio es la falta de ensayos clínicos centrados en resultados centrados en el paciente. Si bien los ensayos analizados evaluaron principalmente parámetros clínicos como el tiempo para volver a la ingesta oral y la incidencia de aspiración, hubo una ausencia notable de datos con respecto al impacto de las intervenciones para la disfagia en la calidad de vida de los pacientes. Esta brecha subraya la importancia de incorporar resultados informados por el paciente en futuros esfuerzos de investigación para proporcionar una comprensión más completa de la eficacia y relevancia de las intervenciones para la disfagia en entornos de atención aguda y crítica.
En conclusión, aunque la revisión sistemática y el metaanálisis ofrecen conocimientos valiosos sobre la efectividad de las intervenciones para la disfagia en cuidados agudos y críticos, también subrayan la necesidad de más investigación.
Con evidencia limitada que respalde la eficacia de las intervenciones actuales, existe una necesidad apremiante de ensayos clínicos bien diseñados que no solo evalúen los resultados clínicos, sino que también prioricen las medidas centradas en el paciente.
Abordar estas brechas de investigación será crucial para refinar las estrategias de manejo de la disfagia y mejorar los resultados para los pacientes en entornos de atención aguda y crítica.
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