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Hipertensión Arterial en Pacientes Internados

La hipertensión arterial (HTA) en pacientes internados es una condición médica compleja y frecuentemente encontrada en hospitales. La HTA puede variar desde registros elevados de presión arterial (PA) de significado clínico incierto hasta emergencias hipertensivas que requieren intervención inmediata. Según la JNC 7, la HTA se define como una PA sistólica mayor de 140 mmHg o una PA diastólica mayor de 90 mmHg en forma persistente en el contexto ambulatorio. Sin embargo, no existe una definición universal para la HTA en pacientes hospitalizados por enfermedades agudas, lo que complica su manejo.

Hipertensión Arterial en Pacientes Internados

La HTA severa asintomática, también conocida como urgencia hipertensiva, se caracteriza por una PA sistólica superior a 180 mmHg y/o una PA diastólica superior a 110 mmHg en pacientes que no presentan síntomas ni daño de órganos. Por otro lado, una emergencia hipertensiva se define por la presencia de daño de órganos como consecuencia de la HTA. La prevalencia de HTA en pacientes hospitalizados en Estados Unidos varía entre el 50% y el 72%, y la mayoría de estos pacientes continúan con HTA tras su alta hospitalaria.

Las causas de la HTA en pacientes internados son multifactoriales. Entre las razones más comunes se encuentran el dolor, la ansiedad, la hipervolemia debido a la infusión de soluciones salinas, la distensión vesical, estados posoperatorios, HTA previa mal controlada, conciliación errónea o retiro intencional de medicación antihipertensiva, y el uso de medicamentos que aumentan la PA como corticoides, eritropoyetina y simpaticomiméticos.

La evaluación clínica de la HTA en pacientes hospitalizados debe centrarse en descartar el daño de órganos. La historia clínica debe investigar la presencia de enfermedades coronarias, vasculares, diabetes mellitus de larga data, aneurismas de aorta y retinopatía. En la anamnesis se deben evaluar síntomas como cefalea, dolor de pecho, dolor de espalda, disnea y alteraciones visuales. El examen físico debe incluir una medición precisa de la PA y la evaluación de signos de insuficiencia cardíaca congestiva, irritación meníngea, y alteraciones neurológicas.

Los estudios complementarios deben realizarse solo si se sospecha daño de órganos. Entre estos se incluyen análisis de laboratorio para evaluar la función renal y las enzimas cardíacas, un electrocardiograma (ECG), radiografía de tórax, ecocardiograma transtorácico, angio-TC de tórax y abdomen ante sospecha de síndrome aórtico agudo, y una tomografía computarizada (TC) de cerebro sin contraste en caso de síntomas neurológicos. Además, se debe realizar un fondo de ojo para detectar retinopatía hipertensiva.

El manejo de la HTA en pacientes hospitalizados debe iniciar una vez descartado el daño de órganos. En pacientes previamente hipertensos, es crucial reiniciar la medicación antihipertensiva siempre que sea posible y sin modificar la dosis basada en los registros durante la internación. Para aquellos sin antecedentes de HTA, no se recomienda el uso de medicación antihipertensiva a menos que existan factores predisponentes a daño orgánico. En casos de HTA severa asintomática, el objetivo es reducir la PA a menos de 160/100 mmHg, evitando reducciones bruscas en las primeras horas.

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En situaciones de emergencia hipertensiva, se requiere una disminución inmediata de la PA mediante medicamentos intravenosos titulables, ajustando los objetivos de PA según el tipo de emergencia. Por ejemplo, en un síndrome aórtico agudo, la PA sistólica debe reducirse a 110-120 mmHg dentro de los primeros 10-20 minutos utilizando labetalol intravenoso. En emergencias neurológicas agudas como un ACV o encefalopatía hipertensiva, la medicación de elección puede incluir labetalol, nicardipina, o nitroprusiato, dependiendo de los niveles específicos de PA y la presencia de síntomas.

Este enfoque integral para la HTA en pacientes internados destaca la importancia de una evaluación y manejo precisos, teniendo en cuenta las múltiples variables y posibles complicaciones asociadas con esta condición. Un manejo adecuado no solo mejora los resultados durante la hospitalización sino también tras el alta, reduciendo la carga de la HTA en la salud a largo plazo del paciente.

(1) Giacona JM, Vongpatanasin W. Severe Hypertension in Hospitalized Patients: To Treat or Not to Treat? Am J Hypertens. 2024 Mar 15;37(4):264-265. doi: 10.1093/ajh/hpad116. PMID: 38091964.