El abuso físico y la negligencia infantil son problemas críticos de salud pública con efectos devastadores en el bienestar y desarrollo de los niños. Según el Servicio de Protección Infantil de EE. UU. (CPS), se reciben anualmente más de 3 millones de informes de presunto maltrato infantil, lo que lleva a investigaciones de más de 2 millones de casos. Entre estos, más de 650,000 niños son confirmados como víctimas de maltrato. La mayoría de estos casos involucran negligencia (78.5%), seguido de abuso físico (17.6%) y abuso sexual (9.1%). Trágicamente, más de 1,500 muertes infantiles cada año se atribuyen al abuso o la negligencia (1).
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Los proveedores de atención médica juegan un papel crucial en la identificación y el reporte del abuso y la negligencia infantil. Todos los estados exigen a los proveedores de atención médica que denuncien los casos sospechosos al CPS, que luego investiga para garantizar la seguridad del niño. Las fuerzas del orden también pueden estar involucradas en casos graves para un posible enjuiciamiento penal. Sin embargo, una parte significativa del presunto abuso no es reportada por los proveedores de atención médica, en parte debido a las incertidumbres sobre lo que constituye un daño denunciable. Es fundamental mejorar la capacitación y el apoyo a los profesionales de la salud para reconocer y denunciar el abuso.
El futuro de la prevención y protección del maltrato infantil depende de una mayor colaboración entre diversos sectores profesionales, incluidos los sistemas de bienestar infantil, judicial, educativo, sanitario y de salud mental. Las mejoras legislativas a nivel federal y estatal pueden facilitar una mejor presentación de informes y la cooperación interdisciplinaria. Por ejemplo, aclarar las excepciones de la Ley de Portabilidad y Responsabilidad del Seguro Médico (HIPAA) para permitir un mejor intercambio de información entre profesionales podría mejorar los resultados para los niños maltratados. Garantizar que todas las partes interesadas trabajen juntas es vital para la seguridad y el bienestar continuo de los niños vulnerables.
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