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Efectos del consumo excesivo de alcohol en el cerebro en desarrollo

El consumo excesivo de alcohol, que se caracteriza por consumir una cantidad considerable de alcohol en un período corto (cinco bebidas para hombres y cuatro para mujeres en aproximadamente dos horas), eleva la concentración de alcohol en la sangre de una persona a al menos 0,08%. Este patrón de consumo de alcohol es particularmente frecuente entre adolescentes y adultos jóvenes, grupos que experimentan cambios de desarrollo significativos. El consumo excesivo de alcohol, un comportamiento relacionado, implica la misma cantidad de alcohol pero consumida con más frecuencia, al menos cinco veces al mes. Si bien ni el consumo excesivo de alcohol ni el consumo habitual por sí solos equivalen necesariamente a un trastorno por consumo de alcohol (TCA), ambos comportamientos están relacionados con cambios neurobiológicos notables y un mayor riesgo de desarrollar TCA más adelante en la vida.

alcohol en el cerebro en desarrollo

El estudio de Scott A. Jones, Jordan M. Lueras y Bonnie J. Nagel (1) examina estos cambios neurobiológicos utilizando hallazgos recientes de neuroimagen en adolescentes y adultos jóvenes que consumen alcohol en exceso y en grandes cantidades. Durante la adolescencia, el cerebro atraviesa períodos críticos de neuromaturación, lo que lo vuelve particularmente vulnerable a los efectos del alcohol. Las técnicas de neuroimagen, como la resonancia magnética (RM) y la resonancia magnética funcional (fMRI), ofrecen información sobre cómo el consumo de alcohol afecta la estructura y la función del cerebro durante esta etapa del desarrollo.

Uno de los principales hallazgos de la revisión destaca las alteraciones en la estructura cerebral entre los adolescentes que consumen alcohol en exceso. Los estudios han demostrado que el consumo excesivo de alcohol durante la adolescencia está asociado con una reducción del volumen de materia gris en áreas críticas para las funciones cognitivas, como la corteza prefrontal. Esta región del cerebro es responsable de la toma de decisiones, el control de impulsos y el razonamiento, lo que sugiere que el consumo excesivo de alcohol podría afectar estas funciones esenciales. La reducción del volumen de materia gris podría conducir potencialmente a déficits a largo plazo en las capacidades cognitivas.

Estos cambios estructurales también se acompañan de cambios funcionales en el cerebro. Los estudios de neuroimagen han revelado que los adolescentes que consumen alcohol en exceso y en grandes cantidades exhiben patrones de actividad cerebral alterados en comparación con sus compañeros que no beben alcohol. Por ejemplo, a menudo hay una mayor activación en las regiones del cerebro relacionadas con la recompensa y la motivación, como el núcleo accumbens, mientras que las áreas responsables de la función ejecutiva y el control muestran una menor activación. Este desequilibrio podría explicar la propensión a comportamientos riesgosos y la mala toma de decisiones que se observan comúnmente en los jóvenes que consumen alcohol en exceso.

Además, la revisión analiza las implicaciones de estos cambios neurobiológicos en el desarrollo del TCA. Los adolescentes que consumen alcohol en exceso tienen un mayor riesgo de desarrollar TCA más adelante en la vida. Las neuroadaptaciones que ocurren en respuesta a la exposición repetida al alcohol pueden conducir a un aumento de la tolerancia y la dependencia. Los cambios en los circuitos cerebrales, particularmente en las vías de recompensa, hacen que las personas sean más susceptibles a los efectos reforzadores del alcohol, perpetuando un ciclo de mal uso y dependencia.

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Es importante destacar que el estudio subraya la necesidad de estrategias de intervención y prevención tempranas. Dada la evidencia de cambios cerebrales significativos resultantes del consumo excesivo de alcohol, los programas educativos dirigidos a adolescentes y adultos jóvenes son cruciales. Al generar conciencia sobre las posibles consecuencias a largo plazo del consumo excesivo de alcohol en el desarrollo del cerebro, es posible que se pueda reducir la prevalencia del consumo excesivo de alcohol y los riesgos asociados.

En conclusión, la investigación de Jones, Lueras y Nagel proporciona evidencia convincente de los efectos perjudiciales del consumo excesivo de alcohol en el cerebro en desarrollo. A través de técnicas avanzadas de neuroimagen, el estudio revela cambios cerebrales tanto estructurales como funcionales que subrayan la importancia de abordar el consumo indebido de alcohol durante la adolescencia. Como estos hallazgos sugieren un fuerte vínculo entre el consumo temprano de alcohol y los déficits cognitivos y conductuales a largo plazo, resaltan la necesidad urgente de intervenciones de salud pública específicas para proteger la salud cerebral de los individuos jóvenes. (1) Jones SA, Lueras JM, Nagel BJ. Effects of Binge Drinking on the Developing Brain. Alcohol Res. 2018;39(1):87-96. PMID: 30557151; PMCID: PMC6104956.