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Bradicardia: Comprendiendo la Frecuencia Cardíaca Baja

La bradicardia es una condición que se define por una frecuencia cardíaca (FC) inferior a 60 latidos por minuto (lpm). Esta condición puede ser fisiológica, es decir, normal y sin implicaciones patológicas, o patológica, asociada con problemas de salud. Muchos casos de bradicardia, incluso aquellos con una disminución significativa de la frecuencia cardíaca, son asintomáticos y no presentan consecuencias negativas a corto o largo plazo. De hecho, la mayoría de las personas pueden tolerar adecuadamente una FC de hasta 40 lpm sin experimentar síntomas adversos.

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Sin embargo, es fundamental correlacionar los síntomas con las alteraciones del electrocardiograma (ECG) para determinar la necesidad de tratamiento. La presentación clínica de la bradicardia puede variar ampliamente. Algunos de los síntomas comunes incluyen astenia (debilidad), mareos, fatiga, letargia, presíncope (sensación de desmayo), síncope (desmayo), insuficiencia cardíaca congestiva (ICC), disnea (dificultad para respirar), angina (dolor en el pecho) y alteraciones cognitivas prematuras. Estos síntomas pueden ser permanentes, persistentes o imprevisibles, y en algunos casos, la bradicardia puede ser completamente asintomática.

El diagnóstico de la bradicardia se basa en la evaluación clínica y el uso de herramientas diagnósticas como el ECG. Sin embargo, el ECG no siempre identifica la bradiarritmia debido a que los signos de disfunción del nódulo sinusal pueden ser intermitentes. Una maniobra diagnóstica útil es la maniobra del seno carotídeo, que se considera positiva cuando se observan pausas sinusales mayores de 3 segundos. No obstante, esta prueba tiene limitaciones, especialmente en ancianos asintomáticos, en quienes es frecuente observar pausas mayores de 3 segundos como respuesta a la maniobra.

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El monitoreo del ritmo cardíaco mediante un Holter ECG de 24 o 48 horas es otra herramienta diagnóstica utilizada para detectar episodios sintomáticos de bradicardia. Sin embargo, este método tampoco siempre es efectivo, ya que muchos episodios de síncope son paroxísticos e impredecibles, lo que significa que pueden no ocurrir durante el período de monitoreo.

El tratamiento de la bradicardia depende de la presencia y severidad de los síntomas. En muchos casos, si la bradicardia es asintomática y no se asocia con ninguna patología subyacente, no se requiere tratamiento. Sin embargo, si se presentan síntomas significativos o si la bradicardia está relacionada con otra condición médica, puede ser necesario intervenir. Las opciones de tratamiento pueden incluir medicamentos para regular el ritmo cardíaco o, en casos más graves, la implantación de un marcapasos para mantener una frecuencia cardíaca adecuada.

Es importante destacar que la bradicardia puede ser un hallazgo incidental en personas sanas, especialmente en atletas, debido a la adaptación cardiovascular al ejercicio regular, lo que resulta en una frecuencia cardíaca en reposo más baja. Por lo tanto, una evaluación clínica exhaustiva es crucial para determinar la causa y la necesidad de tratamiento.

En resumen, la bradicardia es una condición que puede variar desde ser completamente benigna y asintomática hasta requerir intervención médica significativa. La correlación de los síntomas con los hallazgos del ECG y otros estudios diagnósticos es esencial para guiar el manejo adecuado de esta condición.

(1) Hasan F, Bogossian H, Lemke B. Akute Bradykardien [Acute bradycardia]. Herzschrittmacherther Elektrophysiol. 2020 Mar;31(1):3-9. German. doi: 10.1007/s00399-020-00665-z. Epub 2020 Jan 31. PMID: 32006163.